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"Los menores son víctimas directas de la violencia de género"

La FEMP acogió una exposición, que podría ser itinerante, con dibujos realizados por menores afectados por esta lacra

“La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha elaborado un Manual que recoge el Modelo de Intervención Psicosocial con Menores Víctimas de la Violencia de Género en el que se publican las imágenes salidas de los lápices infantiles, imágenes que muestran el dolor de aquéllos que viven estas situaciones tan dramáticas. La Presidenta de la Comisión, Susana Martínez Novo, anuncia la posibilidad de que esas imágenes, expuestas en la FEMP a finales de noviembre pasado, puedan llevarse a aquellos municipios que lo soliciten a modo de exposición itinerante. Esta y otras cuestiones, en la siguiente entrevista
 
¿Qué es la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres?
Es una organización sin ánimo de lucro, no gubernamental, que representa a la sociedad civil. Se creó a mediados de los ’70, aunque nos inscribimos en el Ministerio del Interior en 1983, cuando fue posible formar asociaciones. Hacemos incidencia política y social para la concienciación, sensibilización, prevención e intervención con los agentes de los poderes públicos que pueden tener influencia en las políticas de género. La intervención, que es nuestro mayor proyecto, la realizamos con mujeres que están viviendo situaciones de violencia de género, con menores -es de lo que trata el proyecto del Manual de Intervención- y con mujeres en situación de prostitución, dando asesoramiento psicológico, jurídico y la posibilidad de inserción sociolaboral, porque la independencia económica es un factor fundamental para que las mujeres puedan romper el círculo de la violencia.
 
¿Romper ese círculo fue el objeto con el que nació la Comisión?
Efectivamente. Lo formaron mujeres profesionales, abogadas, psicólogas, trabajadoras sociales que en su día a día vieron que había una violencia soterrada, que no era visible en aquella época. Ahora tenemos estadísticas, mecanismos de detección, pero cuando la Comisión empezó, no había nada de esto. Así, el primer paso fue visibilizar aquella violencia, lograr que se hicieran estadísticas para dar una imagen real de lo que estaba pasando y después, intervenir con las mujeres, animándolas a denunciar, a buscar una salida, a romper con la opresión de su día a día.
 
¿En qué territorios está activa la Comisión?
Tenemos sedes en Madrid, Sevilla, Pamplona y Baracaldo, y desde estas ciudades y sus áreas ponemos en marcha nuestro programa Fortaleza, de atención a víctimas de violencia, o el programa Alternativa, de atención a mujeres víctimas de prostitución. Sin embargo, somos organización de carácter estatal, porque funcionamos en todo el territorio a través de un teléfono, 900100009, que fue el primer número de atención a mujeres, a profesionales y a cualquiera que tuviera noticia de violencia de género. Desde ese número derivamos a nuestros propios recursos o a otros externos con los que tenemos contactos. El teléfono funciona desde 1991 y de una manera muy similar al 016. En el teléfono recibimos o derivamos y hacemos un seguimiento personalizado de todo el recorrido de la mujer en función de lo que requiera (denunciar o recibir atención psicológica antes de la denuncia). Podemos recibir más de 8.000 llamadas en un año
 
¿La Comisión trabaja con Ayuntamientos?
Sí. Con los Ayuntamientos hacemos, sobre todo, derivación mutua. Si conocemos el caso de una mujer que se encuentra en algún lugar donde no tenemos sede, la derivamos al Ayuntamiento correspondiente, donde sabemos que en Servicios Sociales o en el punto específico de violencia de género van a poder ayudarla a salir de esa situación. Otras veces, cuando un punto municipal se encuentra colapsado en atención jurídica o psicológica, o se requiere un acompañamiento más personalizado que, de forma puntual, no se le puede facilitar, nos derivan a la mujer o mujeres afectadas. Es el tipo de colaboración que tenemos en Madrid, por ejemplo, con la Policía Municipal, con el servicio especializado en violencia de género y con centros sanitarios.
 
¿Cómo surgió el proyecto de trabajar con menores?
La intervención psicosocial surgió porque muchas mujeres víctimas de violencia nos llamaban la atención sobre el sufrimiento de sus hijos cuando iban a las visitas con los padres. Nos decían cosas como “mi hijo se esconde, no quiere ir, tengo que obligarle porque si no incumplimos judicialmente”. Nos demandaban una atención psicológica para sus hijos. Había que visibilizarlo y poner en la agenda política el hecho de que los menores también son víctimas directas de la violencia. En los juzgados se decía que el agresor había pegado a la madre, pero no a los niños, y había que hacer entender que si un niño ve que pegan a su madre, también tendrá miedo. Ha costado muchos años pero lo hemos conseguido. Los gritos en una casa son universales, aunque vayan dirigidos a una persona llegan a todos. Los menores son víctimas directas de la violencia de género, y de ahí que trabajemos con ellos.
 
¿Y la idea de compilar sus dibujos en un libro?
Durante muchos años hemos estado haciendo intervención psicológica con menores y creímos que era importante darle visibilidad y demostrar que los hijos son víctimas directas, que son necesarios más servicios. En los juicios a veces se dictan medidas provisionales de visitas o custodia sin escuchar a los menores o sin un informe psicosocial que muestre lo que pueden estar viviendo. Teníamos trabajos y dibujos donde niños y niñas mostraban lo que sentían, y los sacamos a la luz. Así empezó el trabajo de recopilación de dibujos, de testimonios y de solicitud de autorizaciones a los progenitores, generalmente las madres víctimas de violencia, para elaborar un manual con los trabajos que se pudiesen presentar como una campaña tanto de intervención psicológica, para profesionales, como de sensibilización. De ahí, contactamos con la FEMP y surgió la idea de la exposición y la posibilidad de hacerla itinerante si los Ayuntamientos la consideran de interés. Se trata sobre todo de sensibilizar.
 
La colaboración se ha plasmado en un convenio ¿Cuál es la parte más positiva de ese acuerdo?
Para la Comisión es un paso de gigante, porque implica que este proyecto de prevención y sensibilización puede extenderse a municipios y provincias, la posibilidad de compartir experiencias y opiniones con aquéllos que en su día a día están recibiendo a menores víctimas de violencia, es excepcional. Sin una coordinación entre Administraciones, instituciones y sociedad civil tampoco es posible avanzar en este terreno.
Nosotras trabajamos con víctimas y menores, pero demandamos desde hace años reforma del sistema educativo para incluir una asignatura de igualdad en todas las etapas educativas, porque la solución es la educación. Los operadores jurídicos están al final del proceso cuando la agresión ya ha sucedido, pero lo que hay que evitar es que las agresiones sucedan, y eso se consigue con una educación en igualdad y en relaciones afectivas y sexuales con perspectiva de género. Si no incidimos, será difícil conseguir grandes avances porque es cosa de todos, de la sociedad en su conjunto. Es una cuestión de género en la que tenemos que participar todos, hombre y mujeres.
Para más información sobre la Comisión: http://malostratos.org/

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La Presidenta de la Comisión, Susana Martínez Novo

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